F.M.Pinto "Thoughts and ideas of my art"

.MEMORANDUM DE BIENVENIDA.

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La  finalidad del arte es dar lugar a  la esencia oculta de la
materia y no reproducir la apariencia de las cosas. (ARISTOTELES)


"Ahora he aquí de donde vengo y lo que soy tras el tiempo".


De tal forma y honestamente manifiesto mi compromiso de trabajo, no me permito dudar en el arrebato místico de las fuerzas que me dominan y me encauzan, soy hombre de fe y para mi lo bello no es una base ornamental,  trabajo para que sea mi aprendizaje espiritual y me presto a compartirlo desde  aquí. Gracias a todos aquellos que me respetan por ello.


QUEDA USTED INVITADO A ENTRAR EN EL SUMARIO DE MIS REFLEXIONES, MEMORIA Y SECRETOS PARA SU MEJOR ENTENDER.    (POR FAVOR PULSE ABAJO  En...   Más Informacion.

.. PRESENTACION DE MI TRABAJO ..


    Para mi hay mucho de postmodernismo en el paradigma que supone revivir el pasado sin llegar al presente, como esencia pura de una experiencia vital en el arte. En la torna de luz que es mi arte hay paradigmas libres de tensiones pero con opuestos complementarios.

Se torna Ordás de microscópicos destellos en la forma de tratar y revelarme con el material, de sustanciar el tacto superficial de la misma paladeando con la mirada su rugosidad floral como si la presencia/ausencia, materialidad/espiritualidad, densidad/vació, tratasen siempre la esencia dual y opuesta de todo aquello que termina por implementarse para crear un dogma inexorable. . Se allá acá una escuela fructífera que comparten y se acercan sin nunca haberse parecido a Anish Kapoor. Joseph Beuys, Yves Klein y Robert Rymann.



.“Puede haber ideas sin cuerpo y hay cuerpos sin ideas... hay tantas posibilidades”.

  El mismo Anish kapoor se sincera al estipular que los objetos -comenta-, es paralela a la historia de los materiales. Desde la Edad del Bronce en adelante la cuestión de la materialidad es fundamental. Lo que me interesa es que para cada materialidad existe una inmaterialidad. Esto puede ser visto como una cuestión mística, desde luego. Uno de los fundamentos de la vida es la conciencia, que es inmaterial y misteriosa. A la vez, los objetos tienen la capacidad de ‘jugar' con lo físico y lo no físico. Esta cuestión es, finalmente, filosófica, y nos lleva hacia el ‘de dónde venimos'. Me interesan los interrogantes, y muchas de estas cuestiones se refieren a los opuestos, como masculino/femenino. El estudio es un lugar en el que el artista puede ser cualquier cosa... trabajar en él es una especie de ritual pensado para dejar que las obras se transcriban a sí mismas”.

 


En mi concepción la forma se basa en la propia luz, como los juegos de espejos que distorsionan el carácter de las mismas sin olvidar la veracidad del negativo que le da su propia razón de ser, pequeñas acumulaciones de formas primigenias cubiertas de polvo de color para diluir sus contornos; complejas obras de ingeniería; despojos horadados por la simple huella del fuego sobre el metal. El tiempo es un devorador de espacios que entiende en clave Divina el acto de la creación.
Mis sueños como las formas de las que he hablado nunca se revelan como soy yo, de hecho me alegro porque eso me demuestra que me embargan sin falsedad el verdadero sueño, Por que creo en Dios y es penoso no llegar a El a través de lo bello, cuando me derramo derrotado en la angosta realidad del infinito, entiendo que en mi derrota construyo el testimonio de que solo el esta tras todo, Allah versa su mano a través del testimonio del soñador para que en vida caiga el velo de la creación y yo como artista lucho en el cursar de este camino, en realidad toda una ilusión efímera de lo terrenal.

En este protocolo de vida que es la fe en el arte y el arte como demostración de fe, impertérrito puedo quedar derrotado en ocasiones por la vanidad simple de la estética, de las cosas carente de significados o significaciones, la perenne tristeza de revelar las formas transigidas por la propia exigencia de lo material sin revelar lo oculto en la materia. Para no quedar atrapada en esta derrota, que por otra parte no tiene nada de indigna si no más bien la tristeza que se pueda encontrar en su propia dignificacion, por este sentir me encauzo para medir el candor de mi vida en la significación de lo que es la creatividad en mi propio estilo de vida.

Anish Kapoor obliga a hablar sobre su contribución como artista cuando dice: “Es muy difícil aceptarse a uno mismo”. No tengo ni idea. El problema es encontrar la forma de ser creativo y liberarse a uno mismo. Superar las convenciones, plantearse cómo vivir, cómo ser, asumir la idea de la libertad, tomársela en serio y encontrar todas las formas posibles de ser creativo. Una de las razones por las que admiro a Picasso es por su increíble habilidad para liberarse a sí mismo y ser creativo”. “Déjeme decirle que aunque hoy está de moda la confrontación con el origen étnico del artista, éste es uno de los menores problemas del arte. Esta aproximación supone un distanciamiento de las cuestiones realmente importantes. El arte es un sistema simbólico y formal que trata de problemas que se manifiestan. No creo en la idea del origen étnico. Puede que el mal arte de hoy aborde este tipo de cuestiones, pero la mayor parte del buen arte encuentra la forma de evitarlo. Para mí, ser un artista español, americano o inglés viene a ser igual. Lo importante es la obra”.

 
 
 

Anish Kapoor, (art work)

He aquí opino, el ¿Por qué? De todos aquellos como Anish Kapoor, Picasso, Miguel Ángel, Digo de Velásquez, Leonardo Da Vinci, y tantos que en verdad entre todos son pocos formalmente informales, pero siempre presentes por el contraste de su mensaje y la reinvención evolutiva de su trabajo. Pareciera que los medios no han hecho pedagogía de la calidad y ya es tarde para ganar esa batalla. Hoy hay mucho de artista carente de arte sin rigor, sin técnica sin trabajo ni labor sufrida sin curtirse y reflejar este hecho en el abituario propio de su producción distinguiendo sin dejar dudas de tal razón.
Por aquí versa mi segunda sin razón de los polos opuestos para mi existen el orden opuesto de todo aquello que suma la idea y el cuerpo, el rigor y la compasión, el aprendizaje y lo bello, Ilm y Ma´rifa, lecciones eternas del pasado versadas con interpretaciones modernas, el propio secreto del espacio encriptandose en el tiempo, la evolución de la fe como razón versada en la conciencia. Hablamos de creer y caminar, lo hacemos muchos humanos pero no puedo carecer de esta formulación en la entrega de mi consciencia artística.

En mi trabajo arrastro una obsesión, Cada trabajo espero que ayude en su contemplación a poderse recrear en lo minúsculo como revelación de la grandeza, todo conferido en un feedback de eclosión postulada en la propia irracionalidad de la supervivencia estética. Pero este bagaje de supervivencia estética no se basa en razón mundana de lo material, es aquí donde concebimos el decálogo de lo que se podría autodenominar examen de conciencia, es aquí donde la luz de la obra más que ser contemplada nos mira. Ahora lo versado, lo nacido es nuestra propia existencialidad soportada y excusada en la expresión minúscula de cada obra y pieza. Porque lo que se ve con los ojos difiere mucho de lo que puede ser entendido. La racionalidad nos revela un sentido pluscuamperfecto, el tiempo pasado es presente en su onírica de movimiento, y desde el presente estalla un cosmos de movimiento de luces estrelladas, de galaxias soportadas en el espacio que sostiene su propio contenido infinito, sus principios versan en los caminos de lo finalizado y comporta en la eclosión de todo este rito oculto, el descubrimiento de lo que sin saber porque nos hipnotiza.

“Siento que soy realmente un artista abstracto y que hago arte abstracto”, lo abstracto no es moderno siempre ha existido la abstracción siempre esconde una mascara oculta no en lo que se mira, evidentemente el problema siempre deriva en la forma en que miramos olvidando lo contemplando que esa es tarea mecánica de los ojos, el ejercicio consiste en entibar lo descubierto, lo percibido o lo oculto que conocemos sin ser desvelado que esto sin ser facultad ocular es parte humana y de nuestra vida, dicho de otra manera entiendo que esta es mi definición de misticismo bajo la sombra de lo artístico.

Una de las condiciones de la abstracción es precisamente su idoneidad para ir hacia el principio de las cosas, al principio de la conciencia, al primer día y al primer minuto. Es por eso por lo que me interesa que los objetos se autocreen, aunque sea una ficción. Mis objetos, son objetos que tienden hacia el principio. Este es el gran reto... porque no sabemos lo que es ese principio. Quizás el Big Bang fue real o tal vez fue una ficción... La realidad es algo físico, está ahí, pero la imaginación va por otros derroteros”.

Por ello me propongo derogar mi formulación en el rescate de los libros revelados, los compendios abstractos que más me han enseñado acunados en la propia historia andalusí encuadernada entre estucos de arabescos en la propia Mezquita de Córdoba, la adormecida Alhambra de Granada, y tantos otros secretos encontrados en la búsqueda de mi método.

Espero no romper mi oportunidad de compartirlos y seguirlos exponiendo, seguiré como no, contando, desgranando la modernidad del pasado interpretando y demostrando con el arte como se ornamenta la empírica de la fe.

 
The Ceramic Golden Art   (Spain)


La luz preludio del movimiento. (Entendimiento I)

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Siempre así”, es la filosofía que como artista quisiera acompañara mi nadir conceptivo y como alguien respetuoso con mi propio tiempo interior, que para siempre sea este el que guíe mi trabajo creativo por una trayectoria constante y valiente, para que mi arte no preste lugar a dudas ya que vierte y nace todo en uno, de un lugar íntimo y poético del que afloran formas armónicas que expresan mis personales y distintas “visiones” de belleza.

Siempre pensé en ofrecer al espectador “la posibilidad de tener una experiencia visiva directa inmediata, una experiencia única que se impone a la velocidad de la luz”. De hecho en mis obras, la libertad del gesto plástico y la razón son bases reguladoras.

–Mis manos y los ojos- tienden al máximo del equilibrio en el boceto, en el estudio previo del diseño incluso cuando desordeno principios, reglas y cánones que creía ya de por perfectos inamovibles en mis bases de trabajo. Se trata de no limitar mi campo creativo, de expandirlo más bien, con formas y climas lumínicos que conectan, que versan de una manera espontáneamente sintética, las mismas con que la creo y las mismas a modo de reglas miméticas que provocan en el observador estas mismas bases axiomáticas.



Fotografía trabajando boceto en mi estudio.
 
El creador “yo” en conexión con el observador “usted”, para ello rompemos la barrera de lo temporal pues mi trabajo parte del pasado y el prologo en las normas que usted impondrá en la observación de mi obra se basara en el presente o quizás más aya, versando el transito futuro del papel que le tocara desempeñar.
Quedamos, dejamos, imponemos, tanto usted como yo, manifestamos un control absoluto tanto de las exigencias íntimas de las emociones como de la técnica, tanto de los materiales como de los lenguajes artísticos. Eh acá la intención, unirnos a través del arte como medio de expresión uniendo dos formas temporales “el pasado” área en el que versa mi papel y “el futuro” donde se desempeñara el de usted como observador. Necesitaremos para ello pues una herramienta, un médium que ecuacione la posibilidad de fusionarnos y de que entendamos por igual la razón propia de cada obra artística, yo como creativo y usted expectante como experimentador, tenemos dos grandes reglas espacio (arte) y tiempo (pasado-futuro), sea pues la herramienta que nos une que ecuaciona miméticamente la empírica necesaria, ese médium que da lugar a este milagro “El Movimiento”.
No nos llamemos a engaño esta ecuación mencionada es lo que vulgarmente también entendemos por lenguaje artístico, quede ello por lo tanto explicado. Tomo nota y lo comparto con ustedes otra forma de explicarlo y que expongo ahora.

En el Prólogo de su libro Comprender el arte moderno, la crítica española Victoria Combalía describía el rol de los artistas en los términos siguientes: «Sin estos seres que viven en otro planeta, nuestro mundo sería (...) invivible. Sencillamente, porque son ellos – los auténticos, no los que juegan a reproducir pequeños hallazgos superficiales en su forma o en su contenido – los que aún constituyen una zona de libertad y de pensamiento crítico contra la clonación perpetua de falsos ideales y de falsos estándares. Y porque se trata de seres más sensibles que el común de los mortales, no solo nos ayudan a mirar de otra forma el mundo, sino que avanzan propuestas que serán comprendidas en el futuro»
 
“El movimiento” preludio de vida cierta, la luz es el camino.

Ahora solo me queda refrendar la intención de ofrecer una mirada distinta sobre aquel mismo mundo en el que todos vivimos, de hecho poso mis pies avanzando hacia el futuro, pero mi obra marca, estampa como mi huella al caminar en terrenos del pasado o me surge entre las manos con esos movimientos vegetales, rebosantes dorados de luz avanzante, pululantes de expresión que pareciese en su estética una obra maestra de tiempos pasados. “yo muestro mi movimiento en el presente, avanzo en mi búsqueda quiero un futuro, anhelo avance me desprendo del presente enhebro algo moderno. Ahora recuerdo al mismo Velásquez cuando defendía sus estudios y bodegones como un arte mayor al igual que se considera el retrato, mientras los versados en la teoría aquellos que no podían ser tan grande como el en las artes denostaban tal forma de entender la infinita magnitud de lo bello y los caminos para obtenerlo. En sus propias cartas Velásquez compartía tales motivos de inquietud con su maestro Pacheco.

El movimiento puede demostrarnos una dimensión lúdica y la idea revolucionaria de que uno pueda jugar con la vida, con su propio cuerpo, con su propio comportamiento, con sus acciones y con cualquier material, incluso con la antimateria que es el vacío, para incurrir en su profundidad y da existencia en los vanos de aquellos lugares por donde antes no transitaba ni ritmo, ni luz ni movimiento. El uso artístico de materiales a la vez nobles y “diferentes” representa sin duda una dimensión central tanto de la poética como de la práctica artística. Se trata de recursos en las que la materia desempeña un papel de protagonista y la energía fluida del gesto está equilibrada por un rigor compositivo que alcanza un nivel de pureza atemporal y otorga a la forma un aspecto casi sagrado, en ocasiones subrayado por el uso de hojarasca de oro, motivos vegetales de luz, el refrendo divino de Allah como bosquejo de sus propios dibujos.


El movimiento transforma la luz y la luz al hombre, sinopsis de mi filosofía “Siempre Así”
«Continuo infinito presente» sigue siendo para mi un estimulo esencial. Es que en ellas está perfectamente condensada, según un excelente dominio de la técnica y una personal visión del mundo y del arte, la herencia artística formal de siglos pasados.
Reflexión acerca de la modernidad en el movimiento y motivos del pasado he acá una demostración de que nuestro tiempo siempre, siempre tiene un pasado.

Mi relación artística con la naturaleza y con el territorio en el que se hallan mis propias raíces - un territorio con una historia riquísima, una cultura compleja y una naturaleza hermosa - es una relación ancestral y fecunda, que enriquece continuamente mi imaginario y sus personales “visiones” artísticas. A propósito de las características concretas de ese territorio, que tienden a sublimar de una manera estrictamente estética la peculiaridad del genius loci: «el territorio, con su historia y su cultura es quizá hoy en día el único elemento capaz de producir diferencias en un ambiente cada vez más marcado por la mímesis recíproca de las formas». (Demos forma a un universo de imágenes en las que se yuxtaponen el rigor de la geometría y la mutabilidad de la naturaleza, las formas regulares y aquéllas irregulares, los materiales artificiales y aquéllos naturales, en el intento continuo de desvelar los criterios que ordenan la variedad del cosmos). Cuantos compendios cursaron sobre estas bases la cuna del Al-Ándalus.
Me gustaría constatar que mi obra avanza hoy en día como propuestas artísticas fuera del común, no tengo miedo a arriesgarse por las vías solitarias de la creación. Que no se deja seducir por las modas, el conformismo o la tentación de fáciles atajos. Un artista que no soporta «el arte que hace espectáculo, el arte que grita para que se le note, el arte de los diseñadores de moda» y que rehúye siempre - con fuerza - estereotipos, clasificaciones, etiquetas. Un artista cuyo arte conecta la totalidad de los arquetipos y de los mitos de la historia humana con los misterios de la naturaleza; suscitando emociones sempiternas que se encuentran en la paradoja de estar, al mismo tiempo, dentro y fuera de su tiempo. Y, justo por ello, dentro de todos los tiempos posibles porque mi tiempo es la esencia del movimiento.




Ensoñaciones de la Mezquita de Cordoba.

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Tal vez la gran mezquita de Córdoba sea arquitectónicamente la de más puro carácter árabe, lo que se debe sin duda al relativo aislamiento de la España musulmana y a los propósitos de su fundador. Ábd ar-Rahmàn I, que se enorgulleció de proclamar el origen árabe y coreixí de su linaje. Siendo él mismo un príncipe omeya, pudo sobrevivir a la persecución de los Abasidas y establecer su reino en España. Por estos motivos, la mezquita que construyó en el año 785 c.


La mezquita cordobesa tiene un patio y una sala de oración, cuyos largos tejados a dos aguas se apoyan en dos niveles de arcadas, pero el plano superior ya no recuerda, como sucede con otras como la de Damasco, los muros con tragaluces de la nave de una basílica. Las arcadas inferiores y superiores ya no forma en Córdoba parte de un muro como hasta entonces encontrábamos en la arquitectura islámica del mundo, ahora todo se reduce a sus pilares y arcos, sin mamposterías interpuestas. Los arcos superiores, que sustentan el techo, descansan sobre los mismos pilares que los inferiores y que los traveseros. Digamos, para mejor retratar la imagen que esta arquitectura sugiere, que las curvas de ambas series de arcos se remontan como ramos de palma desde un mismo tronco (o pilar) que, por su parte, descansa sobre una columna relativamente delgada sin que dé por eso la impresión de ser demasiado pesado para ésta, pues los arcos, con sus dovelas policromas en abanico, tienen tal fuerza expansiva que disipan cualquier sensación de peso.

El secreto de esta ilusión –aunque en realidad no es ilusión constato, sino la expresión de términos estáticos de una realidad que está en un plano superior al material- reside en que no todos los arcos tienen la misma curvatura. Los inferiores tienen un arco de más de media circunferencia, mientras que los superiores son más abiertos y puramente semicirculares. Sucede así que el espacio mismo parece respirar y expandirse a partir de un centro omnipresente.
Las categorías estéticas europeas se retiran desconcertadas ante semejante arquitectura: ¿acaso no está el espacio arquitectónico condicionado por sus límites? ¿no es simplemente un continente cuya forma amplia o angosta, ya se extienda en una dirección, ya en otra determina el contenido? En la mezquita de Córdoba los límites espaciales no tienen ninguna función; los muros de la sala de oración desaparecen tras un bosque de arcadas. Su repetición pura –en la mezquita primitiva 110 y, tras su ampliación en los siglos octavo, noveno y décimo de la era cristiana, más de 400- da la impresión de un espacio ilimitado. El espacio no viene aquí determinado por sus confines, sino por el movimiento de las arcadas, si como movimiento se puede describir esta expansión que es a un tiempo poderoso e inmóvil.
Lo mismo se puede decir del aspecto estático. Según las reglas de la arquitectura europea clásica, los soportes de un edificio deben estar en proporción al peso que sustentan; el criterio definitivo nos lo proporcionan nuestras propias sensaciones naturales hacia las cosas. En otras palabras: la estática arquitectónica ha de imitar la del cuerpo humano. En la arquitectura cordobesa –y más en general, en toda la islámica-, esta regla no es aplicable; se trata de un arte lógico, objetivamente estático, más nunca antropomórfico.
El problema práctico que el desconocido arquitecto de la mezquita de Córdoba tuvo que resolver fue el siguiente: para elevar el tejado del oratorio hasta una altura proporcionada a la superficie del edificio, las columnas o los materiales de derribo de que se disponía no eran suficientes. Fue, pues, necesario suplirlos, y el ejemplo de Damasco sugirió como solución las arcadas en dos niveles, que se redujeron a sus estructuras interiores para evitar que aplastaran a las columnas. Tales son probablemente los datos puramente técnicos de los que el arquitecto tenía que sacar, de un modo u otro, el mejor partido. La solución que nos ofrece constituye una victoria sobre el peso y la inercia de la piedra.

La mezquita de Córdoba se amplió continuamente a lo largo de tres siglos sin que se modificara su esquema arquitectónico. Para corregir la impresión que produce su estado actual, han de eliminarse mentalmente no sólo la iglesia medio gótico, medio barroca erigida en el mismo centro del bosque de arcadas, sino también las bóvedas que en prácticamente todos los travesaños han sustituido al techo de vigas adornadas con pinturas. El color dorado de los capiteles ponía de manifiesto la policromía de las arcadas, cuyas dovelas alternan el blanco de la piedra y el rojo del ladrillo. De todas las naves pendían lámparas de metal perforado y sin duda alguna el suelo estaba cubierto de alfombras.

La estructura de esta mezquita se basa, en suma, en formas que puedan delinearse sin recurrir a la perspectiva; en cierto modo, está compuesta de arabescos. El carácter bidimensional de sus forma se acentúa más en las partes del edificio que construyó Al-Hàkam II entre los años 961 y 966 de la era cristiana, en que se cuidó especialmente de la decoración. A él le debemos el maravilloso mihräb y las diversas bóvedas o cúpulas que lo preceden, incluidas las estructuras que las sustenta y que consisten en arcos entrecruzados.

Estas cúpulas, cuya construcción no tiene antecedentes conocidos, por una parte anticipan la bóveda gótica, pues son de crucería, y por otra prefiguran la bóveda persa, ya que los nervios no se unen en la cima de la cúpula sino que se cruzan en forma de polígono estrellados, dejando libre la clave central.


Para sustentar las cúpulas se alteró el orden normal de las columnas, y los arcos resultantes se entrelazaron con dibujos tan ricos cuan inesperados. Tal vez no exista un ejemplo más notable en la arquitectura musulmana de ese enlace entre formas rítmica y estáticas, que tan profundamente está enraizado en el espíritu islámico.
Más la obra maestra del arte cordobés el mihàb, su composición llegó a convertirse en una de las fórmulas a las que los artistas del Magreb retornaban incesantemente, no para copiarlas de modo servil o mecánico, sino para interpretarlas de la mejor forma posible y para adaptarlas a las circunstancias.
La hornacina de este Mihràb, muy profunda y de planta poligonal, está delimitada en su parte superior por un arco de herradura de gran tamaño, compuesto de dovelas decoradas con mosaicos amarillos, verdes y almagres, que a su vez está enmarcado en un arrabá con inscripciones en severos caracteres cúficos dorados sobre fondo azul celeste. Arco y arrabá iban a ser en adelante inseparables, pues se completan el uno al otro y generan un equilibrio mutuo, como una espansividad gozosa atemperada por el “el sentido de la eternidad”, o como el fervor y la justicia, o el amor y la sabiduría.

“Unicidad, la Verdad que Deslumbra" (la luz (II)..

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La imaginaria ausencia de la luz es una circunstancia, también imaginaria, de esa íntima vinculación: un estado que, como la noche, nos rodea de secretos; un estado que proporciona profundidad e intensidad tangibles. Una intensidad y una profundidad que no son sino fugaces vislumbres de la luz con el fin de que creamos estar solos.



El sentimiento de mi cerámica no es preciso buscarlo. ¿Dónde íbamos a buscarlo?. –Esta ahí, en la luz, como algo dado, como si lo produjese la certeza de su procedencia. Y aflora a la superficie en forma de destellos con un dulzor baladí que se transforma en diásporas axiomáticas capaz de envolver el corazón, con envolturas dinámicas puro movimiento capaz de retener por el contrario toda razón mundana para enhebrar la verdad de una búsqueda enigmática, mística. ¿Será quizás esta búsqueda la propia fuente que da vida a esta luz? –Será así pues tal cual.
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Expliquemos por tanto, o demos por explicado de tal forma la naturaleza real de todo o toda cosa y por lo que esta hecho, en esta naturaleza en esta fuente de luz encontrada y en su búsqueda hay un camino, en el desarrollo de dicho camino el movimiento.
Pero de que luz hablamos, -hablan, habláis y hablaron-, esa misma que versa encarnada en la superficie dorada de la obra que presento. Solo hay una misma luz, etérea al tiempo sin pasado con el presente entendido que solo tiene su futuro en lo versado, la misma que pulula con su instruido encanto, en el pulido del material dorado y que no es brillo de lo material si no pulimento propio del amor encontrado, ese camino, ese movimiento interno del corazón de los enamorados de la belleza eterna.
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La luz que podemos ver es la luz de la revelación,
es el eco de otra Luz que no podemos ver ni concebir.
Foto de Zakariyya Whiteman

Para mi “ayúdenme a luchar por ello”, el arte es una forma de acuñar versos en el alma y por ello el verdadero desposorio de la luz. Un desposorio donde la luz no acepta a ser manejada, -no dominada pero dominadora- al contrario de lo que ha solidó suceder en la historia del arte. Esta es mi demostración y entrega de que me siento herramienta avasallada de la iluminación más sublime e inocua al raciocinio quebrantable de lo mundano o terrenal, donde todo fenece y es efímero. Para derrotar esta formulación la luz no ha de llegar al enebro de nuestra retina que esto es como la mecánica a un cigüeñal o razón fría y mecánica, por que la verdadera física la encontramos en el calor que origina su movimiento y la verdadera luz no ha de coagular en nuestra percepción ocular, solo dejemos que de tal manera parezca, que a modo de fe hemos de saber y creer que hay luces más verdaderas y que se nos queda en nuestro adentro, que por ese motivo la luz llega en verdad mucho más lejos.

Entendemos aquí la respuesta a una gran pregunta. ¿Qué ves? -pregunta incorrecta- ¿Cómo mirar? -pregunta y a su par la respuesta. A lo cual, nos recuerda como es la naturaleza intencionada de mi labor, ahora entiendo porque soy incapaz de controlar el resultado de mi obra, pero sí porque irrumpe una sensación, un ansía dulcificante y volátil en mi interior, como si mi trabajo fuera más labor de un dominante que de mis manos, como si las mismas fueran inducidas por otro dueño, como si mi mismo Señor, “OH Dios la Luz” la luz que llevo dentro ilumina mi intelecto tu eres “El Creador” yo solo mis manos presto.


Dios es la Luz de los cielos y de la tierra. La parábola de Su luz es como un nicho que contiene una lámpara; la lámpara está encerrada en cristal, el cristal brilla como una estrella radiante: una lámpara que se enciende gracias a un árbol bendecido --un olivo que no es del este ni del oeste --cuyo aceite es tan brillante que casi alumbra por sí solo aunque no haya sido tocado por el fuego: ¡luz sobre luz! (Qur’an, 24:35)